¿Qué es?

El chorro de arena es un proceso de limpieza, muy efectivo en superficies duras, en el que se usa arena u otros áridos propulsándolos mediante aire a alta presión.

El método de chorro de arena se puede usar para alisar, dar forma y limpiar superficies duras, eliminar marcas, mezclar y restaurar o preparar superficies que el cliente necesite

Mediante este proceso también se elimina la escoria, el óxido y las imperfecciones en el acero, la madera y otras superficies como preparación para diversos procesos.

¿Dónde se usa el chorro de arena?

El proceso de chorro de arena se puede utilizar de manera efectiva en acero, hierro, cobre, latón, aluminio, vidrio… También se puede usar para limpiar piezas fabricadas, acero estructural, piezas fundidas, tuberías (interiores y exteriores), radiadores, piezas de carrocería, maquinaria, piedra, cemento y hormigón.

Este proceso también se puede utilizar en diversos materiales para eliminar óxido, pinturas, manchas y pegamentos.

Es especialmente útil y ayuda a evitar mucho trabajo duro cuando se trabaja con superficies complicadas como el interior de una llanta oxidada o un radiador.

¿Es el arenado ambientalmente seguro?

Históricamente, el material utilizado para el arenado era arena que había sido tamizada a un tamaño uniforme. El polvo de sílice, el «producto posterior» producido a partir de este proceso, causó diversos problemas por la inhalación sostenida de este polvo.

Esto ha provocado la regulación del proceso de chorro de arena. El chorro de arena ahora se realiza en un ambiente controlado usando ventilación, ropa protectora y un suministro de aire respirable.

El equipo de chorro de arena generalmente consiste en una cámara en la que se mezclan arena y aire. La mezcla viaja a través de una boquilla manual para dirigir las partículas hacia la superficie o la pieza de trabajo.

Igualmente se han desarrollado otros proyectables para este proceso, como grano de carborundo, esquirlas de acero, escoria de cobre, escoria en polvo, cuentas de vidrio, bolitas de metal, hielo seco y abrasivos en polvo de diversos grados, e incluso cáscaras de coco molidas, mazorcas de maíz, cáscaras de nuez, y bicarbonato de sodio.