La restauración de radiadores mediante la técnica del chorro de arena es una de las más útiles y típicas que se realizan.
Los múltiples recovecos y cavidades que tienen los radiadores para disipar eficientemente el calor hacen que la técnica del chorro de arena sea la única que consigue que ningún rincón se quede sin desoxidar o retirar la pintura antigua.
Los radiadores que restauramos sufren un proceso completo que los renueva por completo, permitiendo su uso durante muchos años más.
Muchos de ellos por su belleza y estilo no merecen ser sustituidos en absoluto.
También pintamos sus radiadores al horno y en líquido.